Después de más de dos décadas de ser el epicentro de la industria del videojuego, la Electronic Entertainment Expo (E3), conocida como la feria más grande del calendario gaming, ha sido oficialmente cancelada de manera permanente. En un comunicado emitido por los organizadores, la Entertainment Software Association (ESA), se anunció que la edición 2023, ya previamente suspendida, marcará el punto final para este evento que alguna vez fue considerado «imperdible» por su capacidad para generar expectación y ser el escenario de revelaciones exclusivas.
La decisión de cancelar la E3 se fundamenta en la falta de relevancia que la feria había experimentado en los últimos años, luchando por atraer anuncios exclusivos a medida que gigantes del sector, como Nintendo, Ubisoft y Sony, optaron por lanzar sus propios eventos internos. Este declive se acentuó con la pausa forzada debido a la pandemia, que ya había llevado a la cancelación del evento en 2020.
Stanley Pierre-Louis, presidente y CEO de la ESA, afirmó que el enfoque de la organización seguirá siendo la defensa de las compañías miembro y la fuerza laboral de la industria del videojuego, destacando la importancia cultural y económica que estas aportan diariamente.
Expertos de la industria, como Piers Harding-Rolls, director de investigación de juegos en Ampere Analysis, señalan que la tendencia actual de las empresas de videojuegos a organizar sus propios eventos internos ha demostrado ser más eficiente y flexible para llegar a la audiencia, controlando así la divulgación de noticias de manera más efectiva.
Este giro en la industria gaming marca el fin de una era para la E3, una vez considerada como el epicentro indiscutible para la generación de anticipación y la revelación de productos y juegos futuros. La cancelación de este evento emblemático deja un vacío en la comunidad de jugadores y desarrolladores, que ahora deberán buscar otras plataformas y formatos para compartir sus novedades y proyectos con el mundo.
