En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, surge el revelador informe «Power of Play», el cual desafía percepciones convencionales al destacar los beneficios de los videojuegos para la salud mental. Este estudio, comisionado conjuntamente por Video Games Europe y asociaciones comerciales de videojuegos en Australia, Canadá, Corea del Sur y EE. UU., arroja nueva luz sobre la influencia profunda de los videojuegos en los jugadores.
Contrario a la creencia común de que los videojuegos afectan negativamente el bienestar, este informe presenta datos sorprendentes. A nivel global, el 71% de los encuestados considera que los videojuegos son un alivio del estrés, mientras que el 55% los ve como una forma de combatir la soledad. Además, el 64% recurre a los videojuegos para afrontar desafíos cotidianos.
En Europa, los números son igualmente notables, con un 68% de los encuestados en Francia, un 53% en Alemania y un 67% en el Reino Unido que reconocen la capacidad de los videojuegos para aliviar el estrés, combatir la soledad y enfrentar desafíos diarios.
Más allá del mero entretenimiento, los jugadores europeos atribuyen a sus experiencias de juego la potenciación de la creatividad (73%), la mejora de las habilidades para resolver problemas (66%) y el fortalecimiento de las funciones cognitivas (68%).
El informe también destaca cómo, durante la pandemia de COVID-19, los videojuegos se convirtieron no solo en un escape, sino en una plataforma crucial para la interacción social y el mantenimiento del bienestar mental. La colaboración entre la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la industria de los videojuegos a través de iniciativas como #PlayApartTogether resalta la importancia de este medio en momentos de crisis.
A pesar de estos hallazgos positivos, el informe no pasa por alto los posibles riesgos asociados con los videojuegos. La OMS, en su 11ª Revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), advierte sobre el «trastorno del juego», subrayando la importancia de un equilibrio saludable en el uso de los videojuegos.
En este contexto, la conclusión es clara: los videojuegos no solo son una forma de entretenimiento, sino una herramienta que puede contribuir positivamente a la salud mental cuando se utiliza de manera consciente y equilibrada. Se destaca la necesidad de reconocer y aprovechar este potencial de manera responsable.
